lunes, 4 de marzo de 2013

Programa Saber Vivir: El Cambio y Más.

Resumen del programa Saber Vivir. Escucha Saber Vivir los sábados desde las 10 de la mañana en Radio Comas 101.7 FM


Programa sobre las Afirmaciones.

Cómo decir « Te quiero »


TE QUIERO


Según un estudio publicado en la revista médica American Journal of
Epidemiology, los hombres que piensan que su mujer no les quiere lo suficiente son tres veces más propensos a desarrollar una úlcera. (1)

Y en otro estudio que se realizó haciendo un seguimiento a mil mujeres a las que acababan de diagnosticar cáncer de mama, al cabo de cinco años se contabilizó el doble de fallecimientos entre las que aseguraron haber recibido poco cariño en su vida. (2)

Por último, entre los hombres con patologías cardíacas, los que se sienten amados por sus esposas presentan la mitad de síntomas que el resto, según indica otro estudio. (3)

Si le pregunta a un médico, éste le dará explicaciones científicas sobre estos fenómenos. Le explicará que nuestro cerebro y nuestras emociones juegan un papel importante sobre el ritmo cardiaco y sobre nuestro sistema inmunitario, regulados por las hormonas producidas por la hipófisis, una glándula situada en el cerebro.

Y es cierto. Los pensamientos negativos, el sentimiento de no ser amado, afectan a la respuesta inmunitaria, someten las arterias a presión y desencadenan la producción de ácidos en el estómago, que pueden favorecer la úlcera. Por el contrario, sentirse bien, y sobre todo sentirse querido (por su cónyuge, pero también por otros miembros de su familia y por los amigos) estimula la capacidad de autosanación del cuerpo.

Pero lo importante no son los mecanismos por los que el amor se manifiesta, sino más bien cómo expresar su amor o amistad a quienes le rodean, especialmente a los que sufren, o a los que están enfermos, para ayudarles a sanar.

El problema no es tanto que no sintamos amor hacia los demás, sino que nos cuesta encontrar la manera de expresarlo.


Los cinco lenguajes del amor
Según el psicólogo y terapeuta de pareja Gary Chapman, no todos tenemos la misma forma de expresar nuestro amor, lo que puede dar lugar a graves malentendidos. Hay cinco maneras de expresar el amor: (4)

Para algunos, es a través de palabras de aprecio (lenguaje n° 1). Por ejemplo, con frases como "Estás muy elegante con ese traje”, “Has hecho un excelente trabajo”, "La comida está deliciosa", "Conduces fenomenal", "Gracias por tu ayuda "...

Para otros, se trata de compartir tiempo y momentos de calidad (lenguaje n° 2), es decir, cuando dejamos toda actividad para ocuparnos del otro, para salir a un restaurante o pasear los dos solos.

Otros son más sensibles a los regalos (lenguaje n º 3) que, por supuesto, constituyen una manera excelente de decir "te quiero". Los regalos no tienen por qué ser caros. Puede ser un ramo de flores o una camiseta que al otro le ha gustado en un escaparate y que no se atrevió a comprar. Los niños no dudan en mostrarnos que nos quieren regalándonos algo fabricado por ellos o unas simples flores recogidas en el campo.

Ayudar o hacer favores (lenguaje n° 4) funciona especialmente bien para algunos. Gary Chapman lo explica así: "Me refiero a todo lo que usted cree que puede complacer a su pareja: cocinar, poner la mesa, pasar la aspiradora, limpiar, cambiar los pañales al bebé, pintar el dormitorio, ocuparse del mantenimiento del coche...".

Por último, el lenguaje nº 5 es el contacto físico. Las caricias, y no sólo las que tienen una connotación sexual: poner la mano sobre la de su pareja a la hora del café, estar abrazados mientras se ve la televisión, besarse en un semáforo rojo...

Para asegurarse de que aquellos a quienes usted ama perciben ese amor, debe comprobar que utiliza el lenguaje (o los lenguajes) que ellos entienden.


Un juego para determinar cuál es su idioma y el de su pareja
El juego del depósito lleno:

Cada uno le plantea al otro: "En una escala de 0 a 10, ¿cómo de lleno piensas que tienes tu depósito emocional respecto a cada tipo de lenguaje (palabras de aprecio, tiempo de calidad, favores, regalos y caricias)?". Después de obtener la respuesta, la siguiente pregunta es: "¿Qué puedo hacer para aumentar el nivel? " Ahora cambien los papeles, para que ambos tengan su depósito emocional lleno.

Para entrar en más detalle, uno puede hacerse las siguientes preguntas:


1.     ¿Qué es lo que más me duele de todo lo que mi pareja hace o deja de hacer?
2.     ¿Qué es lo que yo reclamo más a menudo a mi pareja?
3.     ¿Cuál es mi forma más frecuente de expresar mi amor a mi pareja? Si, por ejemplo, la suya es hacerle favores a menudo (lenguaje nº 4), es probable que usted mida el amor que usted recibe de su pareja también en función de la cantidad de veces que él o ella hace cosas por usted. Pero, ¿no será que su pareja ha tratado de expresar su amor por otro de los cuatro medios (palabras de aprecio, tiempo de calidad, regalos o caricias), sin que usted haya prestado suficiente atención?
Si siente que las cosas han cambiado entre usted y su pareja, y eso que han vivido juntos momentos maravillosos, pregúntese: "En aquel momento, ¿qué era lo que me gustaba tanto de él (o de ella)? ¿Qué cosas decía y hacía que alimentaban mi deseo de estar cerca?" Estos recuerdos le pueden dar una idea de cuál es el tipo de lenguaje de amor que a usted le llega con más claridad.


Los lenguajes del amor también se aplican a los niños
Las palabras de aprecio (lenguaje nº 1) brotan fácilmente cuando el niño es muy pequeño y día a día nos maravilla con sus avances. Pero la comunicación entre un adulto y un niño puede empobrecerse rápidamente y de forma radical a poco que nos descuidemos. ¿Le suena este diálogo con su hijo? 

- ¿Qué tal ha ido el día?
- Bien

- ¿Te gusta tu profesor de este año?
- No está mal.

- ¿Has hecho nuevos amigos?
- Sí

- ¿Son simpáticos?
- ¡Sí!

- Pronto llegan las vacaciones. ¿Estás contento?
- ¡Pues sí!

- ¿Sigues jugando al fútbol?
- Sí
- Eso está bien.

Esta manera de "comunicarse" con su hijo obviamente es catastrófica a largo plazo, ya que se trata de una falsa comunicación. El niño no descubre ni aprende nada, ni el adulto tampoco. No hay intercambio, no hay enriquecimiento mutuo, no se transmite ninguna emoción. No hay una comunicación que vaya construyendo la relación. 

Una manera mucho más eficaz para iniciar una conversación con un niño, incluso si es muy pequeño, es compartiendo de forma sencilla, y por supuesto con sensibilidad, cosas interesantes de su propia vida. “Hola Antonio, ¿qué tal te ha ido el día? Yo he llegado tarde al trabajo esta mañana porque había un accidente terrible en la carretera (bla, bla, bla...)”. “En la oficina, me llamó un cliente que estaba furioso: le habían entregado una planta tropical en vez de un taladro eléctrico (bla, bla, bla...)”.

Verá que el niño no se pierde una palabra de las "aventuras" que usted le cuenta y, muy probablemente, cuando usted termine su relato, su hijo se pondrá espontáneamente a hablar de cosas que son importantes para él, sin que usted tenga que tirarle de la lengua.

En cuanto al tiempo de calidad (lenguaje nº 2), puede consistir en participar en algún juego que al niño le guste especialmente, incluso simplemente en salir a hacer algo con él. Pero la forma más eficaz es dedicarle un poco de tiempo (y de reflexión) y hacerle descubrir algo importante de su vida, por ejemplo, de su trabajo.

Hay demasiados niños que no saben en qué consiste realmente la profesión de sus padres. No obstante, aun cuando su actividad sea particularmente difícil de entender para un niño (director de proyectos de marketing, por ejemplo), reflexione y se dará cuenta de que hay muchas pequeñas tareas que usted realiza como parte de su trabajo y que un niño puede comprender perfectamente. Tomarse el tiempo de introducir a un niño en esta parte de su vida es una manera fantástica de ayudarle a crecer.

Respecto a los regalos (lenguaje nº 3), su papel será precisamente ayudar a su hijo a valorar las pequeñas cosas, los detalles. Cuando regale, intente que sus regalos transmitan el mensaje de cuánto ha pensado al comprarlo en quien va a recibirlo y cuánto cariño hay detrás, en lugar de simplemente llenar a sus hijos de caprichos.

Ayudas y favores (lenguaje nº 4): desde que los niños vienen al mundo, los padres les bañan, les visten, les lavan la ropa, les preparan el desayuno… Los chavales necesitan ir ganando autonomía poco a poco, asumiendo responsabilidades y aprendiendo a manejar las pequeñas frustraciones y esfuerzos que lleva aparejada la vida. Dentro de ese contexto, las ayudas y favores que les presten los padres (ayudarles a arreglar la bicicleta, ayudarles con sus tareas escolares...) serán también para ellos una manifestación del amor de sus padres, y no simplemente algo normal a lo que tienen derecho por el simple hecho de ser sus hijos y que no hay que valorar. 

Contacto físico (lenguaje nº 5): vasto tema, apasionante. Hoy sabemos que los bebés prematuros que no son acariciados regularmente crecen mucho menos. A los niños les encanta acurrucarse, abrazarse, que les rasquen; es parte de sus necesidades fisiológicas. El problema se complica en la adolescencia, pero insistiendo un poco, usted puede llegar a convencer a su hijo adolescente de los beneficios del masaje en la espalda, por ejemplo.

Hay muchas maneras de hacer crecer el amor en su familia y entre sus seres más cercanos. Y no lo olvide: ¡así mejorará la salud de todos!

Juan-M. Dupuis 

Entrevista al Dr. Jorge Iván Carvajal Posada Médico Cirujano de la U. de A. – Pionero de la Medicina Bioenergética



Dr. Jorge Iván Carvajal Posada



¿Qué es la enfermedad?
Es un maestro, una oportunidad para organizar una armonía superior en nuestra propia vida, a nivel físico, emocional, mental y espiritual.
¿Qué enferma primero, el cuerpo o el alma?
El alma no puede enfermar, porque es lo que hay perfecto en ti, el alma evoluciona, aprende. En realidad, buena parte de las enfermedades son todo lo contrario: son la resistencia del cuerpo emocional y mental al alma. Cuando nuestra personalidad se resiste al designio del alma es cuando
enfermamos.



¿Hay emociones perjudiciales para la salud? ¿Cuáles son las que más nos perjudican?


Un 70 por ciento de las enfermedades del ser humano vienen del campo de conciencia emocional. Las enfermedades muchas veces proceden de emociones no procesadas, no expresadas, reprimidas. El temor, que es la ausencia de amor, es la gran enfermedad, el común denominador de buena parte de las enfermedades que hoy tenemos. Cuando el temor se queda congelado afecta al riñón, a las glándulas suprarrenales, a los huesos, a la energía vital, y puede convertirse en pánico.
¿Nos hacemos los fuertes y descuidamos nuestra salud?
De héroes están llenos los cementerios. Te tienes que cuidar. Tienes tus límites, no vayas más allá. Tienes que reconocer cuáles son tus límites y superarlos porque si no los reconoces, vas a destruir tu cuerpo.
¿Cómo nos afecta la ira?
La ira es santa, es sagrada, es una emoción positiva porque te lleva a la autoafirmación, a la búsqueda de tu territorio, a defender lo que es tuyo, lo que es justo. Pero cuando la ira se vuelve irritabilidad, agresividad, resentimiento, odio, se vuelve contra ti, y afecta al hígado, la digestión,
el sistema inmunológico…
¿La alegría por el contrario nos ayuda a estar sanos?
La alegría es la más bella de las emociones porque es la emoción de la inocencia, del corazón, y es la más sanadora de todas, porque no es contraria a ninguna otra. Un poquito de tristeza con alegría escribe poemas. La alegría con miedo nos lleva a contextualizar el miedo y a no
darle tanta importancia.
¿La alegría suaviza el ánimo?
Sí, la alegría suaviza todas las otras emociones porque nos permite procesarlas desde la inocencia. La alegría pone al resto de las emociones en contacto con el corazón y les da un sentido ascendente. Las canalizapara que lleguen al mundo de la mente.
¿Y la tristeza?
La tristeza es un sentimiento que puede llevarte a la depresión cuando te envuelves en ella y no la expresas, pero también puede ayudarte. La tristeza te lleva a contactar contigo mismo y a restaurar el control interno. Todas las emociones negativas tienen su propio aspecto positivo, las hacemos negativas cuando las reprimimos.
¿Es mejor aceptar esas emociones que consideramos negativas como parte de
uno mismo?
Como parte para transformarlas, es decir, cuando se aceptan fluyen, y ya no se estancan, y se pueden transmutar. Tenemos que canalizarlas para que lleguen desde el corazón hasta la cabeza.
¡Qué difícil!
Sí, es muy difícil. Realmente las emociones básicas son el amor y el temor (que es ausencia de amor), así que todo lo que existe es amor, por exceso o defecto. Constructivo o destructivo. Porque también existe el amor que se aferra, el amor que sobreprotege, el amor tóxico, destructivo.
¿Cómo prevenir la enfermedad?
Somos creadores, así que yo creo que la mejor forma es creando salud. Y si creamos salud no tendremos ni que prevenir la enfermedad ni que atacarla, porque seremos salud.
¿Y si aparece la enfermedad?
Pues tendremos que aceptarla porque somos humanos. También enfermó Krishnamurti de un cáncer de páncreas y no era nadie que llevara una vida desordenada. Mucha gente muy valiosa espiritualmente ha enfermado. Debemos explicarlo para aquellos que creen que enfermar es fracasar. El fracaso y el éxito son dos maestros, pero nada más. Y cuando tú eres el aprendiz, tienes que aceptar e incorporar la lección de la enfermedad en tu vida.
Cada vez más personas sufren ansiedad…
La ansiedad es un sentimiento de vacío, que a veces se vuelve un hueco en el estómago, una sensación de falta de aire… Es un vacío existencial que surge cuando buscamos fuera en lugar de buscar dentro. Surge cuando buscamos en los acontecimientos externos, cuando buscamos muletas, apoyos externos, cuando no tenemos la solidez de la búsqueda interior. Si no aceptamos la soledad y no nos convertimos en nuestra propia compañía, vamos a experimentar ese vacío y vamos a intentar llenarlo con cosas y posesiones. Pero como no se puede llenar con cosas, cada vez el vacío aumenta.
¿Y qué podemos hacer para liberarnos de esa angustia?
La angustia no se puede pasar comiendo chocolate, o con más calorías, obuscando un príncipe azul afuera. La angustia se pasa cuando entras en tu interior, te aceptas como eres y te reconcilias contigo mismo. La angustia viene de que no somos lo que queremos ser, pero tampoco lo que somos, entonces estamos en el “debería ser”, y no somos ni lo uno ni lo otro.
El estrés es otro de los males de nuestra época…
El estrés viene de la competitividad, de que quiero ser perfecto, quiero ser mejor, de que quiero dar una nota que no es la mía, de que quiero imitar. Y realmente sólo se puede competir cuando decides ser tu propia competencia, es decir, cuando quieres ser único, original, auténtico, no
una fotocopia de nadie. El estrés destructivo perjudica el sistema inmunológico. Pero un buen estrés es una maravilla, porque te permite estar alerta y despierto en las crisis, y poder aprovecharlas como una oportunidad para emerger a un nuevo nivel de conciencia.
¿Qué nos recomendaría para sentirnos mejor con nosotros mismos?
La soledad. Estar con uno mismo cada día es maravilloso. Estar 20 minutos con uno mismo es el comienzo de la meditación; es tender un puente hacia la verdadera salud; es acceder al altar interior, al ser interior. Mi recomendación es que la gente ponga su despertador 20 minutos antes para no robarle tiempo a sus ocupaciones. Si dedicas, no el tiempo que te sobra, sino esos primeros minutos de la mañana, cuando estás fresco y descansado, a meditar, esa pausa te va a recargar, porque en la pausa habita el potencial del alma.
¿Qué es para usted la felicidad?
Es la esencia de la vida. Es el sentido mismo de la vida, encarnamos para ser felices, no para otra cosa. Pero la felicidad no es placer, es integridad. Cuando todos los sentidos se consagran al ser, podemos ser felices. Somos felices cuando creemos en nosotros, cuando confiamos en nosotros, cuando nos encomendamos transpersonalmente a un nivel que trasciende el pequeño yo o el pequeño ego. Somos felices cuando tenemos un sentido que va más allá de la vida cotidiana, cuando no aplazamos la vida, cuando no nos desplazamos a nosotros mismos, cuando estamos en paz y a salvo con la vida y con nuestra conciencia.
Vivir el Presente

¿Es importante vivir en el presente? ¿Cómo lograrlo?
Dejamos ir el pasado y no hipotecamos la vida a las expectativas de futuro cuando nos volcamos en el ser y no en el tener. Yo me digo que la felicidad tiene que ver con la realización, y ésta con la capacidad de habitar la realidad. Y vivir en realidad es salir del mundo de la confusión.
¿Tan confundidos estamos, en su opinión?
Tenemos tres ilusiones enormes que nos confunden. Primero creemos que somos un cuerpo y no un alma, cuando el cuerpo es el instrumento de la vida y se acaba con la muerte. Segundo, creemos que el sentido de la vida es el placer; pero a más placer no hay más felicidad, sino más dependencia. Placer y felicidad no es lo mismo. Hay que consagrar el placer a la vida y no la vida al placer. La tercera ilusión es el poder; creemos tener el poder infinito de vivir.
¿Y qué necesitamos realmente para vivir?, ¿acaso el amor?
El amor, tan traído y tan llevado, y tan calumniado, es una fuerza renovadora. El amor es magnífico porque crea cohesión. En el amor todo está vivo, como un río que se renueva a sí mismo. En el amor siempre uno puede renovarse, porque todo lo ordena. En el amor no hay usurpación, no hay desplazamiento, no hay miedo, no hay resentimiento, porque cuando tú te ordenas porque vives el amor, cada cosa ocupa su lugar, y entonces se restaura la armonía. Ahora, desde la perspectiva humana, lo asimilamos con la debilidad, pero el amor no es débil. Nos debilita cuando entendemos que alguien a quien amamos no nos ama…Hay una gran confusión en nuestra cultura. Creemos que sufrimos por amor, que nuestras catástrofes son por amor… pero no es por amor, es por
enamoramiento, que es una variedad del apego. Eso que llamamos habitualmente amor es una droga. Igual que se depende de la cocaína, la marihuana o la morfina, también se depende del enamoramiento. Es una muleta para apoyarse, en vez de llevar a alguien en mi corazón para liberarlo y liberarme. El verdadero amor tiene una esencia fundamental que es la libertad, y siempre conduce a la libertad.
Pero a veces nos sentimos atados a un amor…
Si el amor conduce a la dependencia es Eros. Eros es un fósforo, y cuando lo enciendes se te consume rápidamente, en dos minutos ya te quemas el dedo. Hay muchos amores que son así, pura chispa. Aunque esa chispa puede servir para encender el leño del verdadero amor. Cuando el leño está encendido produce el fuego, Ese es el amor impersonal, que produce luz y calor.
¿Puede darnos algún consejo para alcanzar el amor verdadero?
Solamente la verdad. Confía en la verdad; no tienes que ser como la princesa de los sueños del otro, no tienes que ser ni más ni menos de lo que eres. Tienes un derecho sagrado, que es el derecho a equivocarte; tienes otro, que es el derecho a perdonar, porque el error es tu maestro.
Ámate, sincérate y considérate. Si tú no te quieres, no vas a encontrar a nadie que te pueda querer. El amor produce amor. Si te amas, vas a encontrar el amor. Si no, vacío. Pero nunca busques una migaja; eso es indigno de ti.
La clave entonces es amarse a sí mismo…
Y al prójimo como a ti mismo. Si no te amas a ti, no amas a Dios, ni a tu hijo, porque te estás apegando, estás condicionando al otro. Acéptate como eres; lo que no aceptamos no lo podemos transformar, y la vida es una corriente de transformación permanente.